Saludos, mis Chefs!!
Hoy os traigo una receta que fue galardonada nada más y nada menos que con el Premio Ellas Juvenil Romántica 2013. Y tengo que decir, después de haber saboreado cada una de sus páginas, que a mi juicio, el premio es más que merecido...
Su autora, Anabel Botella, ha logrado sorprenderme con una historia que, si bien parecía en un principio la típica narración en la que encontramos los flirteos románticos de la protagonista adolescente, no lo es en absoluto. Hay amor, por supuesto, pero también hay mucho más: intriga, odios, maldades, crímenes, secretos, amistad...
Para Emma solo puede haber algo peor que pasar un mes junto a Niko: pasar dos. En apariencia, es el chico que todas las madres querrían para sus hijas —guapo, inteligente, cinéfilo y con sentido del humor—, pero Emma sabe que en realidad es un engreído insoportable. Además, a ella no le vale de novio... Niko es el hijo de la esposa de su padre.
A pesar de todo, este año está dispuesta a esforzarse para que las vacaciones en familia sean tranquilas y agradables: va a ser la hermanastra perfecta. Sin embargo, el pueblo levantino en el que veranean se verá sacudido por una serie de crímenes... a los que nadie puede escapar.
Opinión:
En esta novela nos encontramos con algo que, por desgracia, ocurre más a menudo de lo que desearíamos: un asesino en serie. La protagonista, Emma, llega al pueblo donde veranea con su familia sin saber que ese verano en concreto será inolvidable para ella... en muchos sentidos. Una de sus amigas ha desaparecido y la encuentran muerta a los pocos días, algo que sacude a todo el pueblo de Caños del Agua y deja a sus habitantes sumidos en el desconcierto y el horror. La intriga por saber quién es el asesino nos acompaña durante toda la novela, manteniéndonos en tensión, haciéndonos sospechar de todos los vecinos y haciéndonos temer por la vida de la propia protagonista. Una narración impecable, que te deja pegada a sus páginas hasta el final...
Por otro lado, tenemos la historia de amor entre Niko y Emma, que la autora adereza magistralmente con frases sacadas de famosas películas y que hacen que sus diálogos sean chispeantes y amenos. Tengo que confesar que entre ellos yo ya intuía ciertas cosas y me adelantaba a la jugada, pero claro, de eso no tiene culpa la autora... La culpa la tiene el que yo haya visto cierta película cuatro millones de veces y ya me conozca los sabores y las texturas de sus frases, y sepa qué quiere decir la frase más repetida en el libro (que además le da titulo a la novela). Pero imagino que, como a mí, le habrá pasado también a otros muchos lectores...
En definitiva, Anabel ha sabido crear una maravilla de plato: dulce en ciertos momentos, como las galletas o el plum cake que se toman los protagonistas en algunas escenas; refrescante como la limonada granizada que prepara la madrastra de Emma y espeluznantemente misterioso, como el bebedizo aderezado con sangre que sale en cierta escena y del que no hablo más para no desvelar nada...
Una receta para disfrutar, morderse las uñas y suspirar de amor, todo en el mismo plato combinado... ¡¡Imprescindible!!
Ingredientes:
Prosa: Unas 288 páginas de narración en primera persona.
Amor: Tres vasos llenos, con aroma a palomitas de cine.
Erotismo: Un pellizco solo para darle sabor.
Intriga: Cinco enormes cucharadas.
Personajes: gran variedad de vecinos del pueblo para fomentar el misterio; una niña pequeña y entrañable, Carlota, para los momentos más dulces; un amante del cine guapo y misterioso, Niko, para las escenas más románticas; y una chica valiente con tendencia a meterse en líos por su vena de criminóloga, Emma, que nos llevará de la mano hasta resolver todos los misterios de la novela.
